viernes, 20 de noviembre de 2009

Resumen


En este libro se cuenta como el particular personaje de Juan Cacho vive su verano. Durante éste le ocurre todo lo inimaginable a pesar de que comienza siendo como otro cualquiera.

El personaje del que os habló, y protagonista del libro es un treintañero que vive de alquiler en un bloque de vecinos. Se trata de un licenciado en matemáticas, un hombre sencillo donde los haya, además de inteligente, noble, divertido, algo alocado, humilde...etc.
Juan Cacho guardaba una gran amistad con Vicente, también conocido como el
«Dedos».
Vicente era carterista y había estado en la cárcel por esto, pero su incondicional amigo le ayuda y a lo largo de la historia consigue que cambie y vaya a vivir con él, dejando los malos hábitos.

Juan a principio de verano entra a trabajar en una academia donde conoce a Amparo, una alumna suya de la que quedó prendando desde el primer momento en que la vio.
Esta chica era una jovencísima estudiante universitaria muy atractiva, guapa, seductora y alocada que traerá muchos quebraderos de cabeza a Juan durante todo el libro.
El director de la academia se llamaba Jaime Calahorra y resultó ser administrador de una página pornográfica amateur donde publicaba videos realizados con una cámara oculta en el cuarto de baño de la academia.

Juan Cacho, además de trabajar en la academia daba clases particulares a Ángel, su vecino, un muchacho adolescente que veía en Juan no sólo un profesor sino también un confidente de sus líos amorosos.
Nieves, la hermana de Ángel era un chica responsable, sencilla y atenta con nuestro protagonista.

Por otra parte, y a raíz de la muerte de la mujer de Ódon Camuñas, (vecino de Juan Cacho), y de unos vídeos caseros encontrados por Juan en la casa del mismo, se desata una investigación en la que se ven implicados Nieves, Ángel, Juan Cacho y Vicente.
Tienen lugar entonces un divertido allanamiento de morada en la casa de Odón Camuñas que fue realizado por Nieves con Juan de complice, investigaciones realizadas por Juan Cacho en el ordenador de Jaime y numerosos cabos sueltos que se fueron atando poco a poco gracias a la lógica y las matemáticas de nuestro querido protagonista.

Finalmente consiguen descubrir cómo y por qué murío Remedios así como las páginas pornografías de las que eran dueños Ódon Camuñas y el director de la academia, además de la implicación de Amparo en toda esta trama.

Prólogo


Como me pasa con la mayoría de libros que comienzo a leer con gran ilusión y pensando que no pararé hasta que lo termine por «nada del mundo», ocurre que en ese momento que comienzo la lectura empiezo a pensar en todos los problemas, en todo lo que tengo que hacer...es como si mis pensamientos negativos me quisiesen atacar a conciencia (nunca mejor dicho), pues eso que no consigo pasar de las tres páginas y lo dejo, y claro cuando al día siguiente decido recuperar la lectura ya se me ha olvidado lo poco que había leído y como consecuencia me cuesta continuar. En definitiva, el cuento de nunca acabar.
Pero no, con este libro me ha pasado algo diferente conforme iba leyendo, y es que recordaba lo leído y aunque el primer día fue como todos, después de leer varias páginas no podía dejar de pensar en la historia y no veía la hora de dejar de leer, estaba lo que se dice
«enganchada».
Era como si estuviese presente en todo lo que ocurría, viendo ese piso desordenado de Juan Cacho, esos encuentros con Amparo, esa gran investigación....incluso a ¡Juan Cacho!

Por otra parte, tanto los personajes que aparecen como la historia me han resultado bastante cercanos y reales, y más aún cuando todo se desarrolla en la ciudad que vives, es decir, en Málaga.
Me ha fascinado el personaje de Juan Cacho. ¡Qué gran hombre es Juan Cacho!, un tío sencillo, inteligente, encantador, preocupado por su amigo, noble, divertido, un poco alocado, humilde...etc.

Realmente es un libro que te hace reír, y que guarda una interesante trama de estilo policial que no esperas y que aumenta la intriga y el deseo de seguir leyendo freneticamente.
También esta historia ha tratado diferentes y variados temas: delincuencia, adolescencia, sexualidad, problemas lógicos-matemáticos, problemas adolescentes, dilemas éticos, convivencias vecinales e incluso la muerte. Todo esto enriquece mucho la historia y le da muchos matices.

Desde luego la lectura de ese libro consigue el objetivo que señala el autor en el «Prólogo del Prólogo», y es que durante su lectura te olvidas de problemas, de estudiar, de la facultad...etc. Y pasas un rato muy agradable y divertido...Qué responsabilidad más grande va a ser hacer ahora un resumen de un libro como este.

Microrrelato


Después de saber que tenía que escribir un microrrelato me empezó a parecer que cualquier momento de la vida cotidiana sería perfecto, es decir escribir sobre un atasco en la autovía, una clase aburrida, una cena con las amigas...etc. Total, que veía posibles microrrelatos por todas partes y en todas las circunstancias.
Pero claro, tuve que decantarme por uno...

Hace ya algún tiempo tuve la extraña experiencia (si es que se puede llamar así) de estar sola en una clase en la que se supone que debíamos ser como mínimo 14 personas, y la verdad es que no se la recomiendo a nadie.
Esperaba sentada en la clase a que mis compañeros llegasen y decidí ponerme a leer, pero cuando quise acordar entró por la puerta el profesor, miré hacia atrás pero allí no había ni el gato.
Y sí, yo era esa tonta que estaba sola en la clase. En ese instante comenzaron a pasar por mi cabeza miles de opciones con una rapidez alucinante...¡que poderosa es la mente humana!, claro, quería evitar por todos los medios la situación que estaba viendo venir...Y ya dicen que en las peores circunstancias nuestro cerebro reacciona.
Entre tanto el profesor ya estaba sentado en su mesa, con sus apuntes listos para ser dictados y con un bolígrafo en las manos. Levanté la cabeza y lo miré como preguntándole ¿qué hacemos?
Él parece ser que lo tenía claro, daría la clase.
Lo mejor de todo es que los dos sabíamos que no era la situación más normal para dar la clase, con un sólo alumno, pero hizo como si la clase estuviese llena....qué cosas....
Y comenzó a explicar sin más.
En ese momento comienza tu odisea.....no sabes a donde mirar, como sentarte...Y el profesor la verdad es que tampoco....que situación más incomoda, y claro ¿qué haces?: ¿Coges apuntes?, ¿Asientes con la cabeza mirando para otro lado?, ¿Lo miras?...etc.
Llegó un momento de aburrimiento entre tanta explicación y me dio por analizar la actitud del susodicho: el pobre me miraba a veces, miraba por la ventana, carraspeaba....todo esto sin parar de explicar.
¡Atención!, hizo una pausa y pensé que seguro ya nos íbamos, que era el momento en el que yo intervenía preguntando algo tipo «¿mejor nos vamos ya y continuamos otro día con los compañeros?».
Pero no me dio ni tiempo, enseguida me pidió que hiciese unas actividades y claro en ese momento de desesperación que no me salían las palabras, no sé si por timidez, en vez de hablar utilicé un lenguaje gestual que sirvió de poco. El profesor no me hizo ni caso cuando resoplé por lo bajini, arqueé las cejas, me estiré en la silla...Intentaba decirle que estaba cansada, aburrida, que me quería ir.
Más adelante hubieron dos o tres simulacros más de huída como este en los que siempre me ilusionaba con irme, pero no.
Me empezaba a sentir más incomoda de lo normal, incluso nostálgica. Echaba de menos los pequeños detalles que hacen una clase de dos horas más llevadera: hablar con el compañero, reirse, o simplemente desconectar y viajar un rato entre pensamientos.
No podía hacer nada de eso y para colmo me sentía algo ridícula. ¡Qué agobio!, no veía el momento de acabar!
Hice los ejercicios resignada, a ver si estos eran mi pasaporte para salir de la clase. Y lo fueron, porque una vez hechos y corregidos me preguntó el profesor: «¿Qué hacemos ahora?». Y yo en ese momento lo tuve muy claro y le contesté sin más que irnos.
Como moraleja de todo esto he sacado que a partir de ahora espero la siguiente clase en el pasillo.....

Corrección de un texto en clase

Texto original:
Un hombre, el cual se le perdió su hija, que era india. No sabía si la habían secuestrado o se la había llevado su mujer, pero la desesperación era grandísima. Al final se la encontraron muerta en un desván.

Texto corregido:
Un hombre, al que se le perdió su hija india no sabía si la había secuestrado o se la había llevado su mujer. La desesperación era grandísima. Al final la encontraron muerta en un desván.